lunes, 8 de diciembre de 2008

La paz perfecta


Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron.

El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que realmente le gustaron, y tuvo que escoger una entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto, donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul, con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura, pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas habia un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecia retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba, para nada, pacifico.

Pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto que crecía en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída del agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en medio de su nido.... ¡Paz perfecta!

Cuál crees que fue la pintura ganadora? El rey escogió la segunda. ¿Sabes por qué?

Porque -explicaba el rey -paz no significa estar en un lugar sin ruido, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que, a pesar de estar en medio de todas estas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón.

Este es el verdadero significado de la paz.

Reflexión aportada por Andrés Eidelson

1 comentario:

Anónimo dijo...

hermosa reflexion y cierta!!!