miércoles, 10 de diciembre de 2008

El cristianismo de fin de semana


Elevo a ustedes, hermanos en la fe, estas reflexiones para que quizás sirvan para intercambiar opiniones. De todo lo que digo en ésta no estoy excluido, pero creo bueno que nos saquemos las máscaras y que analicemos el tema y, sustancialmente, reflexionemos sobre las mismas.

Cuando nos congregamos, y ello no incluye todo el día, ni a todos, y no pongo día de la semana, ya que hay quienes se congregan los sábados, otros los domingos, y es mi deseo incluirnos a todos. Digo, cuando nos congregamos parecemos flotar en la armonía y paz existencial, al punto que casi parecemos ángeles, pero quizás seamos fariseos, aquellos a los que nuestro Señor acusó de ser demostrativos de actitudes que luego en su vida diaria, no parecían ser como las que representaban.

Pero luego de dejar el culto, seguimos siendo los mismos? Puede ser que sí o quizás dejamos de lado la representación del personaje y nos ponemos el traje del resto del tiempo. Podemos citar muchos ejemplos y sólo a título demostrativo, se me ocurren algunos:

• Interesarme en el otro sólo por fines específicos y no demostrando la necesaria misericordia de dar lo que el otro espera, el amor
• Tomar de la mano a un semejante, ayudarlo a levantarse para luego abrir la mano y dejarlo caer, con el impacto correspondiente de haber caído de más altura
• Llevar a nuestros hijos a escuchar del amor y de la misericordia para luego introducirlos, por acción o por omisión, en la vorágine de la sociedad de consumo, sin hacerles comprender que mientras uno consume desaforadamente, otros no tienen ni siquiera para comer y cobijarse
• Decir y hacer en forma no concordante, haciendo carne de ese famoso dicho, haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago
• Incentivar o inducir a quienes estamos formando al uso de medios agresivos, inclusive en el uso de objetos concordantes con los mismos
• Mirar para otro lado cuando alguien necesita
• Aplicar en la vida cotidiana sentimientos que nada tienen que ver con los principios cristianos, como lo son: odio, envidia, competitividad, violencia,…
• Dar mensajes duales en situaciones en los que debiéramos demostrar nuestra solidez de principios
• Ser partícipes directos o indirectos de los principios de egoísmo, de los cuales los medios nos llenan de ejemplos, con solo verlos en la televisión se pueden dar cuenta. En lugar de ello, debiéramos propagar los principios del altruismo en contraposición de los del egoísmo
• Y así podemos seguir dando los ejemplos que vemos a diario y que muchas veces somos partícipes de una u otra forma

La gran ley que nos enseñó Jesucristo es, amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Si la analizamos, comenzamos en ver a Dios en cada elemento de Su creación, incluidos los hombres, por ello la debemos respetar. Pero además, nos dice, que te ames primeramente a ti mismo con el fin de transferir, por carácter transitivo ese amor, al prójimo (el próximo). Y quien es ese Prójimo?

Para ello les relataré lo que me dijo alguien muy sabio y cristiano: Dos hombres se encuentran sobre un puente, debajo del cual pasaba un río. Y uno le dice al otro, mira la alegría de los peces en el agua. Y el otro le responde, cómo tú que no eres pez, puedes saber de alegría de los peces en el agua. Y le responde, por mi alegría de ver los peces en el agua. En síntesis, nuestro semejante es quien nos refleja y no podría conocer de lo malo en él, si al menos, no lo conociera en mí, de la misma manera cuando veo en él lo bueno, también refleja lo que llevo en mi1

A esa misma persona, también le oí decir la siguiente reflexión sobre la tendencia humana a la posesión enfermiza de las cosas: Cuando algo me es útil, la uso, cuando se me convierte en imprescindible, la dejo, y siempre seré libre1 (Habremos aprendido a ser libres? Analicémoslo en nuestras actitudes o seremos esclavos de las cosas?)

Espero haber podido contribuir con estas reflexiones y que las mismas, no solamente me recuerden lo que debo hacer, sino que sirvan para analizarlas y meditarlas

1 Lanza del Vasto

Reflexion aportada por Herberto Panzeri

No hay comentarios: